Entrevista por Constanza Terranova a María Nahual.

Corrección Iraís Bermejo y Mariana Guillén.

¿Puede el capital erótico superar al económico? De sirena a leyenda del Sex Siren en la CDMX y dominatrix de tiempo completo, María Nahual relata cómo su recorrido en la escena kiki y deconstrucción decolonial la llevó a convertirse en una de las referencias del ballroom mexicano y dominatrix de poderosos hombres de negocios.

Mariana Nahual es sirena, pionera del Sex Siren en el país y dominatrix de profesión. En 2023 fue reconocida como leyenda del Sex Siren en México, el máximo reconocimiento de la comunidad del ballroom por ser una de las primeras en formar parte de la escena kiki mexicana. Tiene un Grand Prize de Estados Unidos y numerosos trofeos locales que ya perdió la cuenta.

Tras guiar el Taller ‘Venganza y Glamour’ en la última edición de Casa Eroteca, decidimos conocerla más, indagar en su pasión por el ballroom, su historia con el Sex Siren, sus convicciones respecto al feminismo, el movimiento decolonial y cómo la dominación actúa como una venganza en el mundo de las bonitas.

- María, ¿cómo llegaste al ballroom? 

Todo empezó cuando el Festival Ambulantes de documentales vino a la Ciudad de México y trajo el documental Kiki, que justo habla de la escena Kiki, la liga amateur o más underground del ballroom, del otro lado, está la escena mainstream, es como la liga profesional. Fui a ver la presentación de este documental y hubo un showcase de las casas que habían en el Ballroom en México, en ese entonces: House of Machos, House of Drag, House Of Apocalipsis y House of Shiva.

 “yo quiero ser parte de eso, yo quiero aprender a hacer eso”

 

Ahí vi drag queens y travestis bailando, y dije “yo quiero ser parte de eso, yo quiero aprender a hacer eso”. Me pareció algo hermoso. Entonces me acerqué con una de esas personas y pregunté por las clases de baile. Y ese es mi inicio.

- ¿Cómo descubriste el sex siren? ¿Qué es? ¿Qué significa para ti? 

Inicialmente yo intenté bailar Vogue Femme y también Runway. Pero me decían mucho que mi caminada tenía muchas caderas para el Runway, que era demasiado sexy y que lo tenía que hacer más como una modelo. 

En ese entonces no había Sex Siren aquí en México. Hasta que House of Mammies hace una ball en donde meten la categoría de Sex Siren. Y dije “si una de mis desventajas en Runway es que la hago muy sexy, pues entonces tiene que ser una fortaleza si yo camino a Sex Siren”.  Caminé y competí contra Isis Magdalena, Pablo Macho y Pistolero de House of Apocalypse. Le gané la batalla a Pablo Macho y tuve dos batallas con Pistolero de House of Apocalypse. En la segunda me sacaron y ganó Isis Magdalena. 

Pero algo sucedía, en ese entonces había una suerte de misoginia o acaparamiento gay de la comunidad ballroom, entonces todos los jueces eran hombres gays. Y los participantes contra quienes yo competía en ese entonces eran identidades masculinas, de gimnasio y pues… hay un sesgo en el jueceo. Aún así lo hice bien, gané una batalla y tuve mi revancha. 

- ¿Quiénes son las sirenas?

Pues para mí una sirena es alguien que sabe utilizar su poder erótico. Y eso puede ser muy confuso, porque hoy en día vivimos en una supuesta revolución erótica, ¿no? Pero eso muchas veces tiene dos filos; uno que es el mainstream, que es lo que tú puedes ver en una película de Hollywood, en un video musical o de Miley Cyrus en su época hipersexual, ¿no? Entonces puedes creer que esa es tu liberación sexual, que eso es lo que hace una persona que ha encontrado su erotismo. Pero puedes estar cumpliendo estándares o tratando de llenar estándares, que vienen de un mainstream. 

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Entonces, para mí, quien sabe utilizar su poder erótico es quien descubre qué es lo que en realidad quiere desde adentro de su ser, qué es lo que le da placer, no solamente un placer sexual, sino un placer erótico que puede venir desde el respirar, tomar agua, comer, ver una vista hermosa. Y para mí una sirena logra ser sirena cuando logra transmitirte todo eso en un performance. 

- ¿Cómo se cruza la hiper feminidad y la militancia? 

Yo creo que hay que primero darnos cuenta de dónde viene el Sex Siren, y el Sex Siren viene del ballroom, que nace con un montón de personas disidentes que nacieron en los años 50´s, 60´s, que trataban de encontrar una herramienta de supervivencia. Entonces, tú no puedes llegar con las herramientas del feminismo actual, con todos los cuestionamientos sobre erotismo, racismo, etcétera, y juzgar esta herramienta que se creó en los años 60, y se siguió desarrollando hasta los 90’s por personas que vivían en pobreza, en el barrio, que eran racializadas, afro en su mayoría, y que aparte eran LGBT.

Estas personas eran segregadas de la sociedad. Obviamente no estaban pensando en feminismo. Ellxs estaban reclamando su lugar en el mundo. Entonces, por eso el Sex Siren se vive desde una hipermasculinidad para quien camina  Sex Siren desde lo masculino y desde una hiperfeminidad para quien camina Sex Siren desde lo femenino, porque viene de ahí. 

Sin embargo, hoy en día tenemos exponentes que caminan Sex Siren desde lo no binario, que logran encontrar su sirena desde lugares ajenos al género, como lo conocemos en la binaridad. Por eso, hoy en día el ballroom ya no es como era en ese entonces. 

Hoy en día tenemos un montón de población trans, jueces diversos, mujeres cisgénero caminando, una diversidad completa de identidades cohabitando el ballroom. Eso te da como resultado que empiecen a ver este tipo de cambios en lo que se está viviendo. 

“Ellxs estaban reclamando su lugar en el mundo”

 

- El taller Venganza y Glamour que guiaste en Casa Eroteca tuvo como base el texto “Nuestra venganza es ser bonitas”, de Mikaella Drullard. ¿Por qué elegiste este texto? 

Yo puedo enseñarte mil movimientos, diez coreografías de cómo hacer el sex siren, pero si dentro de ti, tienes dudas, inconformidades cuando te ves en el espejo y dices, “quisiera ser diferente”; si no has trabajado todas esas inseguridades que vienen desde el cómo yo me veo o el cómo me presento, nada de lo que te enseñe va a servirte. 

Siempre le digo a mis alumnas: “es mejor ganar un momento para ti cuando caminas, aunque no ganes el trofeo, que camines tratando de complacer a los jueces y ganes un trofeo que no vale nada”.  

“Una Sex Siren no busca complacer a nadie”

Porque eso es todo lo contrario a ser una sirena. Una Sex Siren no busca complacer a los jueces, a su novio, al mundo o a nadie, sino que buscas encontrarte a ti y el mundo encuentra un placer de verte a ti. Sólo se llega a esos lugares, politizandote. Por eso uso este texto de Mikaella Drullard. 

Hay una categoría del ballroom que es el realness, que es esa capacidad de habitar el mundo, siendo lo que tú quieras ser. Y ahí comienza esa lucha de habitar el mundo en el ballroom. Poco a poco al decolonizarte, te das cuenta que esos no son los únicos lugares donde podemos aspirar o encontrar elegancia, belleza e incluso altivez. 

Tú puedes voltear a ver un vestuario tradicional de Oaxaca, con sus monedas de oro, con la vestimenta tejida a mano, y eso es un lujo, es elegancia. Entonces tú puedes habitar tu sirena desde esos lugares elegantes. Porque el Sex Siren, también es elegancia. 

Elegancia hay en todos lados. Si tú buscas a la morra más elegante del barrio, seguramente te encuentras a alguien con unas uñas gigantes y carísimas, con unos lentes de sol y ropa clon, que se ve increíble. Y la ves caminar y te quedas “Guauuu”. Si tu empiezas a voltear a diferentes lugares, te puedes encontrar con diferentes modelos de elegancia que te van a hacer habitarlo desde una decolonialidad, no pensando que lo único elegante es el mainstream o lo caro.

- Partimos de la sensualidad del Sex Siren ¿Cómo llegamos a la dominación? 

De hecho todo empezó por el Sex Siren. Yo estaba buscando elevar mi performance en estas batallas que yo tenía contra estos hombres, gays, musculosos. Yo decía: “Es que un día lo voy a hacer tan bien que ningún juez me va a poder decir que lo hice mal”. Entonces aprendí Shibari, para llegar amarrada a mi Sex Siren, y ahí toda la gente se volvió loca. Es por eso que el sex siren en México es tan performativo, porque yo y las otras feminidades que caminábamos en el ballroom teníamos que performar una historia, performar un show para ponernos arriba de esos cuerpos musculosos. 

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Esos son mis inicios como dominatriz. Fui explorando otros tipos de erotismos y como un año antes de la pandemia me cuestioné a mí misma sobre hacia dónde quiero caminar. Ahí decidí empezar a investigar sobre la dominación, empecé a escuchar un podcast que se llama La Maison du Rouge, donde dos mujeres asiáticas dominatrix de USA comparten herramientas, entrevistan otras dóminas, etc. Y fue mi fuente de inicio para ser hoy en día una dominatrix. 

Para mí, una dominatrix es quien sabe hacer uso de su poder erótico para suprimir los otros poderes en el mundo, el socio-económico, el de raza, el de género. Entonces yo puedo tener un hombre con muchísimo dinero, arrodillado frente a mí, chupándome los pies, y yo logré eso sólo con mi poder erótico. 

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- Retomando a Drullard, decías que hay que abandonar el perdón. En la dominación, ¿hay venganza o hay perdón? 

Es que la venganza que se propone, no es quitarle a los otros lo que ellos me quitaron, sino recuperar lo que se te negó, ese poder erótico y descubrir tus propias motivaciones. Porque hay dominatrix falsas o dominatrix que creen que son dominatrix, pero que en realidad sólo hacen lo que los clientes piden. 

“La venganza es un juego entre las ostentaciones de poder, que tu carta sea el poder erótico y que a través de eso puedas ganar el juego”. 

Si un cliente me dice “te doy tres mil pesos para que me golpees” y yo lo golpeo, ahí no estoy mandando yo, está mandando el dinero del sumiso, entonces manda el sumiso. Yo, si llegan y me piden eso, les voy a decir “Ok, quítate la ropa, te voy a poner un collar y ponte a barrer mi casa”. Y después voy a hacer que me cepille el cabello, me haga un masaje y después que se ponga en cuatro y usarlo de mesa. Y si eres un buen sumiso, tu recompensa será que te golpee. 

Pero yo no sólo voy a hacer lo que el sumiso quiere, sino que tendrá que estar a mi servicio, pero para eso, yo debo saber qué me gusta, conocerme, saber qué me da placer, qué me gusta. Y eso es la venganza, que tú descubras eso, que te des cuenta que puedes sacar muchas cosas de ese tipo de situaciones. La venganza es un juego entre las ostentaciones de poder, que tu carta sea el poder erótico y que a través de eso puedas ganar el juego.